Me quedo con la frase "imposición" por sobre "proposición". Y es que al parecer, en términos netamente educativos me quedaré, el Gobierno actual (y a decir, como se viene dando la lógica desde siempre) privilegia sus decisiones por sobre la del resto. Me explico, pues resulta que una comunidad escolar la componen diversos estamentos (alumnos, profesores, directivos, padres y apoderados); pero acá se están pasando a llevar éstos en su mayoría; e incentivan a que ocurra lo mismo en colegios.
El hecho tan comentado de la reducción de horas de Historia es lamentable, como ya explique en la entrada anterior. No obstante, ahora me referiré a lo que es realmente preocupante. Esta reforma fue tomada en su totalidad por el Estado sin consultas a los que realmente afecta esta situación: más que sólo a los alumnos, a una sociedad en completo que disminuirá su capital cultural, histórico y cívico. Sin embargo, no se preguntó y se actuó pensando "lo que podría ser mejor", pero visto desde fuera y sin pensar en las consecuencias que esto traería.
Como Presidente del Centro de Alumnos (CCAA) de mi colegio, me doy cuenta de lo que está ocurriendo desde una mirada muy extraoficial. Y es que, en mi caso, se han dado situaciones bastante lamentables, que por lo menos yo no conocía nada más que como rumores, y sin una información concreta. No me referiré mucho al tema, pero drásticos cambios en la estructura y organización del establecimiento se están dando sin un consentimiento por parte de alumnos, y al parecer, de apoderados también.
Al tema central que voy es que al parecer no se sacó nada de la "Revolución Pingüina" del 2006. El alumno ES el principal estamento de un colegio, y se le está pasando a llevar de sobremanera con estos hechos, cuando éste queda exento de las decisiones más importantes de la Educación Chilena, y a la vez, de su propio colegio. Propongo una mesa de diálogo para solucionarlo, no solo a nivel país, sino que a nivel interno también.
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